REFLEXIONES EN MEDIO DE EXPLOSIONES
(Sobre las luchas masivas en España)
Para salvar la economía “española” el Estado de dicho territorio, defensor del sistema capitalista, no ha tenido otra opción que obligar al conjunto del proletariado[1] (y demás sectores oprimidos económica y políticamente) a pagar la crisis. El poder político se ha roto la cabeza buscando la forma de exprimirle hasta la última gota de “sangre, sudor y lágrimas” a la clase trabajadora. El sistema exige dosis cada vez más grandes de vida proletaria; de esta manera no ha quedado más remedio que imponer leyes que resguarden la existencia de la burguesía y su sistema capitalista de producción golpeando única y exclusivamente la existencia de los asalariados ¿De qué forma? Despidos masivos en el sector público y privado, recortes salariales, recorte y baja del salario mínimo, recortes en el presupuesto de la educación pública, recortes en el seguro de salud, eliminación de algunos presupuestos para solventar “apoyos sociales”, alza general del costo de vida, etc.
Las leyes para salvar de la banca rota al Estado español (llamadas medidas de Austeridad o Leyes de Austeridad) han golpeado al conjunto de nuestra clase. Con esto el sistema capitalista demuestra su naturaleza inhumana y destructora. La abundancia mercantil, creada por el gran desarrollo de la industria y la tecnología, no sirve para el conjunto de la población mundial. Vivimos en la sociedad de la abundancia, pero las relaciones sociales establecidas por el capital no permiten una vida en comunidad; por el contrario hay una división, separación, sectorización, atomización entre los humanos y su actividad creadora. La vida misma sólo sirve para reproducir el capital, para mantener el orden de cosas existentes.
En España, éstas mismas condiciones de explotación extrema, de condición de precariedad, ha empujado a que los miles de trabajadores, de proletarios, de asalariados, dejen atrás su miedo, su silencio, su apatía, su inercia, su sometimiento… el odio e indignación al sistema se convirtió en organización, en manifestación, en protesta, en solidaridad, en desobediencia, en vida “real” y existencia propia, en presente y futuro.
Desde que las Medidas de Austeridad fueron aprobadas en España (primeros meses de este 2011), miles de trabajadores han salido a las calles a protestar. Éstas medidas han sido impuestas y aprobadas unas tras otras, han aprobado paquetes tras paquetes. Las primeras muestra de inconformidad y de indignación se han dado desde principios de año. Paros, huelgas, movilizaciones, etc. Estas primeras manifestaciones se han dado dentro del marco legal y lógico del sistema capitalista, reclamos a la defensoría, petitorios a los Partidos de Izquierda en el poder estatal, marchas sindicales, etc. Lógicamente el Estado respondió con violencia, con represión e ignorando cualquier reclamo contra sus leyes. El conjunto de los explotados pudo comprobar que es imposible buscar un cambio que venga desde el mismo sistema y que las soluciones y aperturas que el capital plantea no cambiarán su situación de precariedad y miseria.
Muchos trabajadores no han querido protestar contra éste sistema dentro de un órgano burgués (muchos inconscientemente), han roto con partidos de izquierda y derecha, han roto con el encuadramiento sindical, se han negado a escuchar y entrar al juego electoral. La repuesta que tuvo mayor relevancia, por la cantidad de proletarios en las calles, por la cantidad de espacios “públicos” ocupados (plazas, colegios, ayuntamientos, universidades, etc.) y por las posiciones de clase que se defendían y reivindicaban(¡el sistema es anti-nosotros!, ¡que la crisis la paguen los capitalistas!, ¡no tenemos futuros bajo este mundo!, ¡la revolución es posible!, ¡las elecciones no solucionan nada!, ¡nuestra lucha será desarrollada por nosotros mismos!, ¡se perdido el miedo!, ¡el futuro está fuera del capitalismo!) se realizó el 15 de Mayo (días antes de las elecciones municipalidad españolas).
Las protestas anteriores a las del 15-05 han tenido bastante significado para el conjunto de los explotados, ayudándolos a reconocer que los obreros, enfermeros, profesores, estudiantes, choferes, albañiles, oficinistas, amas de casa, operarios, técnicos, panaderos, empleados, etc., son parte de un mismo sector social que es golpeado por el sistema y su Estado. Estas protestas han ayudado a ver al Estado y su política como parte del capital, que defiende el orden burgués y la vida en precariedad. Han ayudado a nuestros hermanos de clase en España, a dejar de buscar la salida a su vida como mercancía en las izquierdas, en los sindicatos, en la política oficial. Justamente toda ésta experiencia empujó a que se coincida el 15 de Mayo en una protesta masiva en toda España, que duró más de una semana ininterrumpida… más de una semana movilizados en las calles.
De toda esta experiencia podemos sacar las siguientes (valiosísimas) lecciones:
Aspectos positivos:
- Las asambleas. Nuestros hermanos de clase nos mostraron que las asambleas son un órgano natural del proletariado organizado fuera de las estructuras burguesas. Dentro de las asambleas ha habido debates permanentes, un ambiente de solidaridad, de confianza, todos los miembros podían expresarte libremente sobre su vida, su futuro y han podido escuchar a otros hermanos de clase con las mismas preocupaciones es una experiencia que quedará grabada y rebrotará en próximas luchas. El capitalismo niega las relaciones humanas, nos niega como seres humanos y nos impone la única relación posible y necesaria para la su existencia, las relaciones mercantiles – entre mercancías. Qué importante para el desarrollo de la lucha proletaria y de la revolución mundial del mañana ha sido la creación de asambleas. En los diferentes lugares de España donde el capital vive, imponiendo su lógica y dinámica social, los proletarios han podido reunirse y organizarse autónomamente. Las asambleas han sido un órgano de la clase para imponer sus reivindicaciones contra las del capital y su Estado. “Es verdad que muchas formulaciones son muy pobres, pero detrás están las necesidades de una clase, el impulso por imponer los intereses humanos al capital, es decir la lucha que acabará tarde o temprano con todas las condiciones existentes. También es verdad que en algunos casos las formulaciones son algo más claras (impedir que desalojen de sus viviendas a los que no pueden pagarlas; buscar mecanismos para que los parados dispongan alimentos y viviendas, entre los cuales han salido al tapete organizar expropiaciones a supermercados y ocupaciones de viviendas vacías; llevar las estructuras a los centros de trabajo, a los centros de educación...) Aquí está nuestra fuerza, la fuerza de nuestra clase, y si se impone asistiremos al regreso del asociacionismo proletario masivo tras tantos años de aislamiento e individualismo.”[2] En estos órganos se han podido conocer las diferentes propuestas y visiones para enfrentar la vida en precariedad que intenta imponer el sistema. Ha habido participaciones activas del conjunto de asalariados. Las asambleas no son órganos muertos al servicio del capital como los sindicatos sino órganos vivos de una clase que tiene el poder de cambiar el mundo de base. Se llegó muchas veces a plantear ¡Todo el poder a las asambleas!
- La lucha como clase. Aunque verbalmente no se ha reconocido esto por el conjunto de los proletarios en lucha, la práctica y dinámica de las protestas han mostrado que pertenecen a un mismo sector de la sociedad, que en los diversos trabajos y laburos viven las mismas penalidades y martirios. Los manifestantes se han reconocido como una sola masa en las calles; han reconocido, hasta cierto punto, que el problema es el sistema y que el enemigo es el Estado (o por lo menos desconfían de él). Éste es un gran paso para el desarrollo de la lucha mundial del proletariado, no importa en realidad que nombre se pongan, lo importante es que sigan creciendo las relaciones de solidaridad, de confianza, de unidad, de clase. Los proletarios en España llegaron al nivel de comprender que son parte de esa gran masa social que no tiene control sobre su futuro y está obligada a pagar con su sangre la vida de la burguesía, del capital y su Estado defensor. “Pese a que la mayoría no se reconocen aun explícitamente como una clase que es explotada, sí que lo han asumido en las protestas de forma implícita rompiendo todas las categorías que nos impone el capital (parados, trabajadores, estudiantes, inmigrantes, jóvenes, viejos... se ha unificado en las calles). El corsé de espectador se ha roto y la tentativa de reconstrucción del sujeto de la revolución, aun de forma totalmente embrionaria y sin reconocerse como lo que es, ya está sobre la mesa.”[3]
- Internacionalismo proletario. La lucha de clase en España ha tenido un carácter internacionalista, en su esencia las luchas han atacado al capital, a la dinámica natural de acumulación a costa nuestra. Estas luchas se inscriben dentro de las luchas masivas del proletariado contra el sistema capitalista. “Pese a que estas protestas se inscriben en la oleada de luchas que recorre el mundo, pese a que estas protestas y los enfrentamientos en Magreb, en Oriente Medio, en Grecia... son expresiones de una misma lucha por imponer las necesidades humanas contra el látigo del capital, los niveles de enfrentamientos son obviamente diferentes y lo que se está jugando son diferentes aspectos de la lucha internacional.”[4] Obviamente no hay una maduración de consciencia tal, dentro de nuestra clase a nivel mundial, que nos haga pensar en una próxima revolución, pero hay muchas lecciones actuales, muchas experiencias inmediatas que nos muestran que hay un despertar masivo de los explotados, que hay una búsqueda de autonomía fuera de izquierda y derecha. Existe una presencia activa de comunistas revolucionarios que comprenden la importancia de mantener lazos internacionales, de interconectar la información (por ahora sólo ello), de buscar el debate, el esclarecimiento, de romper con dogmas e iglesias (incluso las que parecían las más radicales). En España se ha podido ver el interés de los oprimidos en enterarse, conversar y reflexionar acerca de lo sucedido en Egipto, Libia, Túnez, Grecia, Italia, Portugal, Irlanda, Chile, etc. Ha habido respuesta en otros países, como Grecia, Italia, entre otros, donde se ha saludado la lucha de los proletarios “indignados” en España.
- Perspectiva revolucionaria. Estas luchas han sido realizadas, en mayor cantidad, por masas de jóvenes proletarios. Son justamente los jóvenes que a nivel mundial están dando los primeros pasos a la hora de la acción, a la hora del romper con la socialdemocracia y las ilusiones capitalistas de todo tipo. Estos jóvenes que viven las luchas en carne y hueso, podrán ser los portadores de la memoria histórica actual, podrán llevar en su “espíritu” la experiencia vivida y aplicarla en las futuras luchas, que esperamos (y actuamos para ello) sean mucho más fuertes, más rupturistas, más radicales y más propias. “La emancipación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos”.
Aspectos negativos:
- La influencia de la izquierda. A pesar de todas las rupturas, tanto en forma como en fondo, que han tenido los proletarios con las organizaciones políticas burguesas todavía hay una influencia oportunista y encubierta de las diversas tendencias de izquierda. Dentro de las mismas asambleas se han seguido defendiendo: la participación en elecciones, la esperanza en algún cambio desde arriba, la búsqueda de apoyo de sectores políticos, entre otras cosas. No hay un rompimiento total con la izquierda, esta influye, como en todo país del mundo, a nuestra clase. Estas organizaciones reformistas, que buscan lavar la cara al sistema han articulado sus posiciones reformistas en “tres puntos que quieren imponer: reforma de la ley electoral, transparencia política..., articulación del movimiento, no han podido por el momento, al menos que sepamos, imponerlo en ninguna asamblea.”[5] Su lenguaje seudo-revolucionario aporta a que el proletariado se confunda y opte por no romper por la seguridad que le ofrece la lógica burguesa. El miedo a que una nueva sociedad sea una utopía idealista de jóvenes desobedientes es influido por el conjunto de propuestas reformistas desde la socialdemocracia.
- El Pacifismo. Hubo momentos donde el proletariado estaba dispuesto a luchar, con todas las medidas posibles, para no ser echado del trabajo, para recuperar nuestra vida robada por el capital, para liberar a compañeros detenidos, pero el pacifismo estuvo presente. Al parecer no se rompió el miedo totalmente, y no se llegó a comprender que la violencia no sólo existe con bombas lacrimógenas, con tanquetas y macanazos policiales. La imposición de esta vida en esclavitud asalariada es un orden violento que debemos obedecer desde que nacemos. “VIOLENCIA es ir a trabajar cada día, pero sobre todo el día después de que han despedido a algún o algunas compañeras y pasar a su lado sin mirarle a la cara pensando que «es la ley del mercado»”[6]. Nos utilizan como máquinas, nos desgastan y nos desechan sin importancia, nos obligan a vendernos al mejor postor, a competir y pisar a nuestro hermano con tal de conseguir un salario. Miles mueren en las guerras, con nuestro sudor se construyen y fortalecen órganos policiacos y militares, todo esto violentamente. El no entender la dinámica capitalista, la imposición despótica de los intereses del mercado sobre nuestras vidas, y pensar que sólo cuando la “policía te golpea” se produce la violencia, no hace más que elogiar a la paz como forma “segura de protestar” y por lo tanto seguir en el juego democrático del capital.
- Individualismo. Hubo muchos grupos que, sin comprender que las grandes mayorías oprimidas están en un proceso de toma de consciencia y que se sale de años de adormecimiento e inercia, quisieron hacer “justicia” por su cuenta, realizando actos aislados y desesperados que sólo trajeron la represión brutal del proletariado, al caso de asesinar a algunos de los nuestros. Los grupos que pretenden ser la vanguardia violenta del proletariado tomando acciones armadas en sus manos actúan fuera de la clase, se convierten en una burocracia práctica que intenta hacer su revolución. Por más buenas intenciones siempre debemos de comprender el momento en el que nos encontramos y aportar para salir de la ideología y forma burguesa de organización-acción, pero no aislándose y actuando individualistamente, echando por la borda el esfuerzo de la clase en retomar su camino de lucha autónoma y revolucionaria.
- El nacionalismo. Diversos grupos de izquierda y la misma forma de vida bajo el capitalismo hicieron hablar a nuestros hermanos de una lucha nacional. Viendo los problemas que pasan como locales, problemas únicamente españoles que debían resolverse ahí y punto. Muchos vieron el problema en su Estado o en sus políticos y no en el capital, como sistema mundial de dominación y explotación. Hasta se habló de la “Spanish Revolution”, haciendo apología a una lucha nacional y de orgullo español. El veneno nacionalista sirve a la burguesía nacional, y al fortalecimiento del Estado; inclusive los propios medios de comunicación hablaban del proceso español, de las luchas en ese lugar negando y separando el momento de combate masivo que tiene el proletariado en todo el mundo.
* Como podemos observar el camino revolucionario que el proletariado pueda emprender no será mecánicamente puro, ni puede ser lineal, todo lo contrario los retrocesos, las derrotas son parte de la toma de consciencia, de la reapropiación de la memoria histórica. La misma práctica real de lucha, de los explotados contra un sistema que les niega la vida, muestra la naturaleza del Estado, de los sindicatos y de la izquierda. Nuestro trabajo es contribuir con ello, conectar nuestras acciones, avanzar en base a la dinámica de lucha de nuestra clase. En esta ocasión a pesar del gran avance de nuestra clase, a pesar de todos los aspectos positivos que nos hacen avizorar una perspectiva revolucionaria, donde la humanidad deje de servir al capital y la reproducción de mercancías, también encontramos una influencia muy grande de la lógica capitalista y de su ideología ciudadana, democrática y reformista. Es que debemos de entender que la lucha de nuestra clase, la lucha autónoma de los explotados no pretende solucionar ningún problema del capital, porque el problema es el mismo capital. La existencia de la humanidad está en juego, las protestas se reproducen incesantemente, cada vez con mayor decisión y extensión. Esto no es una afirmación o invención de los comunistas, es una realidad, es una necesidad. Las protestas, las huelgas, los paros, las movilizaciones fuera de los sindicatos y órganos estatales de dominación burguesa y las organizaciones asamblearias proletarias autónomas son las armas de antes que las debemos de volver a desempolvar y tomar contra los explotadores de siempre.
Citando a los compas de “Proletarios Internacionalistas” : “si sufrimos otra derrota y todo es encuadrado por nuestro enemigo, tenemos que sacar fuerzas y directivas para próximas luchas, tenemos que consolidar las estructuras y lazos que hayamos creado entre compañeros, tenemos que transformar la derrota en fuerza actuante para próximos retos. Pues ante todo tenemos que ser conscientes de que esto no ha hecho más que empezar, que esto es solo un prolegómeno de lo que está por venir, tanto aquí como en todo el mundo.”[7]
¡Proletarios de todos los países, unámonos!
Grupo de Esclarecimiento Comunista – G.E.C.
Julio 2011
[1] El proletariado es la clase social que crea colectivamente con su trabajo toda la riqueza social bajo el capitalismo. Entiendo que “…la riqueza de las sociedad en las que domina el sistema de producción capitalista se nos presenta como una inmensa acumulación de mercancías.”El proletario a nivel mundial deja su esfuerzo físico y mental para crear toda la producción mundial. Esto no lo hacen los trabajadores atomizados u separados unos de otros, todo lo contrario esto lo hace el proletariado como un solo cuerpo como un solo individuo mundial. Para producir solamente un anillo; trabajadores de todo el mundo intervienen, desde los mineros, los estibadores, los metalúrgicos, hasta los empaquetadores, etc.
El proletariado no cuenta con medios de producción, a pesar de que los produce, se encuentra “privado de los medios de producción, por esta razón se ven obligados a vender su fuerza de trabajo y/o esfuerzo físico para poder existir”. En la actualidad, no todos los proletarios venden su fuerza de trabajo. Si entendemos por fuerza de trabajo a la “capacidad del hombre para trabajar, conjunto de fuerzas físicas y espirituales de que el hombre dispone y que utiliza en el proceso de producción de los bienes materiales.”. El sector proletario de servicios no vende su fuerza de trabajo, los médicos, los maestros, enfermeros, estibadores, choferes (sin vehículos), cocineros, etc., contribuyen a que el sector proletario fabril venda su fuerza de trabajo. Pero todos están asalariados. Lo que sucede es que el proletariado trabaja en conjunto, para vender la fuerza de trabajo no solo se necesita nacer y vivir, sino que se necesita instrucción académica, curaciones, transporte, comida, etc., por esta razón el proletariado colectivamente crea la producción mundial (indirecta y/o directamente). La burguesía se apropia de todo lo producido, pero necesita que el proletariado no se extinga como clase, ya que es la única creadora de valor, por esa misma razón utiliza una parte de lo producido por el proletariado para pagarle un salario; un salario general para todo el proletariado inclusive los que no han producido directamente. El salario es entonces lo que cuesta sostener al proletario con vida, con instrucción, con educación en su oficio, y su reproducción como clase. El proletariado está encadenado al trabajo asalariado.
En base a lo dicho anteriormente, podemos dar las siguientes características generales al proletariado, pero teniendo en cuenta que esto no es una regla indiscutible y perfecta, hay mucho dinamismo en el capitalismo y en esta etapa de decadencia hay diferentes variaciones en como uno se proletariza: 1. El proletariado crea con su trabajo (fuerza de trabajo y/o esfuerzo de trabajo) colectivamente la producción mundial. 2. El proletariado no tiene medios de producción, no tiene más que su fuerza física para venderla a los capitalistas que son dueños de todos los medios de producción. 3. Vende su fuerza de trabajo al capitalista, o en algunos casos contribuye a que se venda esa fuerza de trabajo al capitalista. 4. Recibe un salario por la venta de la fuerza de trabajo. El salario es el pago suficiente para que pueda sobrevivir y reproducirse como clase. 5. El proletariado no explota a ninguna clase, no vive del trabajo de otro sector de la población.
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