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martes, 1 de marzo de 2011

Balance sobre el evento titulado: DEBATE - ¿Marxismo Libertario?

En octubre del 2010 un grupo, autodenominado comunista libertario y llamado Unión Social Libertaria - USL[1], impulsó la convocatoria a una Reunión de Debate en la ciudad de Lima. Los temas a discutir serían: a) la historia del comunismo consejista alemán y holandés, b) la izquierda comunista italiana, c) el espartaquismo, entre otros. La persona encargada de presentarar los temas, sería un “militante y escritor” norteamericano, Loren Goldner, que estaba de paso por el Perú.
 
Cartel de la
Liga Espartaquista
Teniendo presente que sería un espacio abierto para el debate entre proletarios, y que se tocarían estos temas, completamente desconocidos para el conjunto de nuestra clase en estas latitudes, saludamos el encuentro y asistimos como organización. Esta afirmación se puede verificar con la ausencia de grupos que se reclamen de estas corrientes marxistas críticas al leninismo-estalinismo. Sólo a fines del año 2000 hemos visto organizaciones reclamarse de esta tradición política e histórica. Claro que el acercamiento a estas posiciones no son una casualidad sino más bien producto de la decadencia del sistema capitalista y la agudización  de la crisis económica que se extienden a sus sustentos ideológicos y políticos, y que llevan a las jóvenes generaciones proletarias al recuentro con posiciones revolucionarias enterradas por la contrarrevolución (producida luego de la derrota de la oleada revolucionaria de 1917 a 1923).
Posteriormente a la reunión comenzamos a elaborar un balance del encuentro. Por diversos motivos no pudimos terminarlo el año pasado, a pesar de que teníamos prácticamente todo listo para hacerlo. Aún así, hemos hecho el esfuerzo necesario, y aquí presentamos el esperado balance con algunos meses de retraso.

Este encuentro queda expuesto como claro ejemplo de la dinámica de esclarecimiento que se presenta en la clase, una muestra más de como el proletariado se organiza, se reúne y expresa sus inquietudes y pareceres, sus críticas y réplicas sobre la dirección a la que debemos apuntar nuestras armas y nuestras fuerzas. Con esto rompemos algunos mitos planteamos por la izquierda, y las ideologías burguesas en general, que nos dicen que el proletariado por sí mismo no puede desarrollar su consciencia, y más bien tiene que esperar que una vanguardia iluminada que se la inyecte o votar por alguna plancha de gobierno para que le resuelva sus problemas cotidianos.
Para darles un alcance de lo interesante y rico del debate, adelantamos que se habló sobre el Partido Comunista, sobre el Estado, sobre los conceptos “pueblo”, “clase”, etc., y claro está, se logró informar sobre las posiciones defendidas por las facciones de la Izquierda Comunista.
Para que esto último no se preste a confusiones, nuestra organización no se considera parte de la Izquierda Comunista, pero sí rescata algunos de sus aportes teóricos dentro del marxismo, como el rechazo a los Frentes Único y Populares, la crítica al Sindicato, la defensa intransigente del Internacionalismo Proletario y el poder de los Consejos Obreros como órganos revolucionarios dentro de la dictadura del proletariado, etc.
Esperamos que este documento sea un aporte más al esclarecimiento de nuestra clase. Nosotros somos solo una expresión más del proletariado que defiende sus intereses históricos revolucionarios, no somos los dirigentes de nadie, y menos aún nos creemos los representantes de nuestros hermanos. Aunque tenemos claro nuestra responsabilidad militante como minoría comunista, la cual es defender en todo momento y en todas las etapas de la lucha de clases, las posiciones históricas revolucionarias del proletariado para abolir la sociedad divida en clases, la destrucción del Estado y liquidación del modo de producción capitalista.  
Sin más por el momento, entregamos este balance al conjunto de nuestra clase:


BALANCE DEL G.E.C. SOBRE EL EVENTO:
CHARLA - DEBATE ¿MARXISMO LIBERTARIO?

Tema planteado en la convocatoria: ¿Marxismo Libertario? -Historia y desarrollo del comunismo consejista alemán y holandés, de la izquierda comunista italiana, espartaquismo y autononomismo-
Expositor encargado de iniciar el debate: Loren Goldner militante y escritor de la revista Insurgent Notes[2] (Notas Insurgentes). 
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Debido a que el evento fue promovido por la organización Unión Socialista Libertaria, uno de sus militantes se encargó de presentar al ponente, explicando que los temas a debatir servirían para conocer propuestas marxistas diferentes al marxismo oficial u ortodoxo (leninismo, estalinismo, trotskismo, maoísmo, guevarismo, etc.). Sobre esto, habría mucho por decir, ya que el GEC asume el marxismo como base teórica de sus acciones orgánicas, políticas y prácticas. Por esta razón nosotros no consideramos marxistas las posiciones defendidas por el leninismo, estalinismo y todas sus variantes. Una ideología que pretende tener una ciencia de la revolución, que pretende dar las respuestas y tener programado en un manual que se tiene que hacer para llegar al comunismo, está totalmente fuera de lo que es el marxismo. Y a esto hay que Incluir también las posiciones políticas defendidas por estas ideologías: el Partido como generador de conciencia, la unión del proletariado con la burguesía en un Frente Único, el socialismo en un solo país, la participación dentro del Estado burgués (elecciones, parlamento), la defensa de una verdadera democracia y de una patria que no tenemos, etc., como parte de su programa reformista. Claro que sabemos que es muy complicado explicar esto a nuestros hermanos de clase, y a los grupos que trabajan consecuentemente por el comunismo. El estalinismo se impuso por las armas y la represión como el defensor inquebrantable del marxismo, lo mismo el maoísmo, que se alzó como la nueva y superior etapa del marxismo. Esto fue impuesto no sólo por estos capitalistas disfrazados de revolucionarios, sino que la misma burguesía de “derecha” vociferó que el estalinismo era el marxismo y que no había diferencias, por citar un ejemplo, entre las posiciones defendidas por La Liga de los Comunistas y el Movimiento de Liberación del asesino y explotador Fidel Castro. Ahora tenemos que batallar contra estos dogmas, calumnias y distorsiones, contra esta ideología de marxismo y comunismo, “Nosotros debemos combatir ese confusionismo, aportando críticas de conjunto y visiones de la lucha proletaria como totalidad histórica en movimiento.”[3]. Pero estamos seguros, por experiencia propia lo decimos, que la misma dinámica de lucha combativa de nuestra clase ayudará a romper con estas ideologías y aclarará cual es el camino revolucionario a seguir. Es en la práctica donde queda demostrado que el sindicato es un órgano que sirve al sistema capitalista, en la práctica queda demostrado que los partidos de izquierda y derecha no representan a los trabajadores, en la práctica queda demostrado que solo nosotros podemos cambiar el mundo. Las luchas mismas son las que irán aclarando la nublada conciencia del conjunto de nuestra clase (incluidos a nosotros mismos). Retornando al tema central de esta aclaración, negamos que haya varios tipos de marxismo, el tiempo se encargará de demostrar que el marxismo es la teoría revolucionaria del proletariado para abolir el capitalismo y construir el comunismo, y que esta teoría no es una ideología ya que se critica a sí misma y se desarrolla en base las experiencias que deja la lucha proletaria a lo largo de su combativa existencia.

Luego de la presentación, el ponente tomó la palabra. Dejando claro que no pretendía dar una cátedra académica, sino que su propósito era soltar algunas ideas para que sean debatidas por los asistentes al evento.
Explicó también que el título que se había colocado en la convocatoria, ¿Marxismo Libertario?, fue puesto con la intención de diferenciar al “marxismo” del llamado “marxismo ortodoxo” y que no tenía la intención que se entienda como la mezcla entre marxismo y anarquismo. Con estas pautas se deja entrever que el ponente estaba al tanto del desarrollo de la conciencia de clase en estas latitudes, mejor dicho, comprendía que las posiciones marxistas consecuentes con el programa histórico del proletariado no habían llegado al Perú. Y esto se puede corroborar, como planteamos líneas arriba, con la ausencia de grupos reclamados del marxismo que hayan sido críticos al trotskismo o estalinismo y todas sus variantes. Lamentablemente, los trabajadores en Latinoamérica fueron embaucados por la Liberación nacional, posición política burguesa que defiende a las burguesías nacionales (unidas con el campesinado y el proletariado) de la gran burguesía imperialista. Pero lógicamente envuelta bajo un discurso “revolucionario”, que promete justicia e igualdad a los desposeídos. Aunque los más descarados defensores de esta política de la Liberación Nacional nos dicen que es una etapa previa a la sociedad sin clases y sin capital. Pero bueno pues, la historia sigue su curso y el capitalismo no ha podido mantener sus engaños y mistificaciones, no porque no quiera o no tenga los recursos para hacerlo, sino que su mismo sistema se derrumba, las crisis económicas que lleva inherente a su existencia  muestran que no hay porvenir bajo el mundo asalariado y mercantil. El mismo capitalismo empuja a nuestra a clase a rechazar sus moldes y límites e impone la guerra frontal, sino miremos lo que sucede en toda Europa y el Oriente Medio mientras se ha redactado este texto.
Luego de unos datos más, el ponente comenzó su exposición que duró unos 30 minutos, los cuales fueron muy sustanciosos para nosotros. Se abarcaron diversos temas, tanto históricos como programáticos, y hasta incluyeron las perspectivas actuales de la lucha proletaria. Los puntos que más resaltantes, que pudimos rescatar, fueron los siguientes: 

Protesta en Mayo del 68 - París

-     El ponente inició su exposición afirmando que las huelgas iniciadas en la década de los sesentas, y en especial en Mayo del 68, dan la apertura para el resurgir del proletariado y su lucha, que había sido socavada por la reacción y el peso de la contrarrevolución estalinista. Para nosotros es en cierta medida valido este planteamiento, justamente a partir de fines de los años sesentas se nota claramente el rebrote de minorías comunistas y revolucionarias, combativas y rupturistas radicales con el leninismo, estalinismo y maoísmo en esa época. Pero esto no quiere decir que los comunistas desaparecieron luego de la Revolución Rusa. Hay que tener claro que la oleada revolucionaria que vivió el mundo del 1917 hasta 1923 aproximadamente, fue el avance más fuerte que tuvo nuestra clase, fue la elevación de consciencia colectiva más desarrollada hasta ahora, y prueba de ello son las organizaciones que la clase presentó como base de su poder: los consejos obreros, los comités de fábricas, los grupos comunistas, etc. Lógicamente la no expansión de la Revolución en Rusia y su posterior aislamiento (agregando otros factores más) hizo que la burguesía pueda derrotarnos en esa ocasión. La caída que sufrimos fue muy dura, tanto que fracturó toda la organización mundial que se había creado hasta entonces, y hasta se trató de borrar, con arma en mano, nuestra memoria histórica y en el peor de los casos se nos hizo creer que el estalinismo era el comunismo. Pero los verdaderos grupos comunistas, siguieron luchando, aún en esas condiciones, aún en pequeñísimas minoría, las posiciones nunca se perdieron totalmente, fueron defendidas por muchos compañeros en lo largo y ancho del globo. Aun así el proletariado en general fue llevado a la peor matanza, la Segunda Guerra Mundial. En esta etapa, negra para el desarrollo colectivo de nuestra clase, el cúmulo de pesares ideológicos, por la derrota y la contrarrevolución no daban chance a que las autenticas posiciones proletarias revolucionarias vuelvan a ser defendidas masivamente por el conjunto del proletariado. Pero estos intereses de clase expresados en las luchas proletarias, se vuelven a recuperar “con un mayor grado cuantitativo” con las revueltas de Mayo del 68 en Europa.

domingo, 27 de febrero de 2011

Algunos aportes del NPP (fines del 2009) para entender el tema "Sindical"

Estimados compañeros, lectores y hermanos de clase. Hace un par de años, a fines del 2009, el Núcleo Proletario en Perú (organización que fue germinadora de nuestra actual organización) recibió un documento titulado El Sindicato hoy y la Acción Comunista[1] enviado por la Tendencia Comunista Internacionalista. El objetivo del envío, era lógicamente conocer las posiciones que tenía dicha organización sobre el tema sindical y, claro está, entablar el debate crítico sobre sus posiciones. Nosotros en esos años, no habíamos tocado el tema a fondo (aún hoy no hemos redacto un documento oficial con nuestra posición sobre el sindicato) y tratamos de esbozar de manera general nuestra posición al respecto.

Luego de debates, reflexiones, discusiones y conclusiones pudimos redactar un documento al respecto. Este fue enviado a la TCI, la cual no contestó más. Pero en todo caso, aquí se los dejamos, para que puedan leerlo y seguir desarrollando esta discusión emprendida en el 2009. Este tema es un eje fundamental en la plataforma política de toda organización proletaria, ya que el sindicato está presente como supuesto órgano que representa los intereses de los trabajadores y muchas veces se plantea que el sindicato es un órgano revolucionario. Nosotros debemos tomar una posición al respecto, todos los que estamos comprometidos a eliminar la sociedad mercantil y su Estado burgués debemos de esclarecernos sobre este tema, sobre el origen y carácter del sindicato, tanto en el proceso histórico de lucha como en la actualidad.

Por todo lo anterior, pasamos a dejarles el texto. Sigamos pues compañeros, adelante con la lucha revolucionaria de nuestra clase.

¡Proletarios de todos los países, unámonos!

 
Grupo de Esclarecimiento Comunista – G.E.C.
Febrero 2011



TOMA DE POSICION DEL NÚCLEO PROLETARIO EN PERÚ SOBRE EL DOCUMENTO: “EL SINDICATO HOY Y LA ACCIÓN COMUNISTA” DE LA TCI

Nosotros (NPP) compartimos, en lo esencial, las posiciones planteadas por la TCI en sus tesis sobre “la función del sindicato”, exceptuando algunos puntos, los cuales aún no hemos estudiado ni debatido a profundidad como para llegar a una conclusión efectiva. A continuación expondremos las posiciones que sostenemos en torno a sus planteamientos:

1. El sindicato, en la actualidad, es un órgano indispensable del Estado burgués para el sostén de la economía capitalista. Pero, en sus inicios (desde principios del siglo XIX), podemos ver que el sindicato fue utilizado para contribuir con la revolución, por el proletariado y su vanguardia, fue una escuela revolucionaria y con la cual se podía luchar por reivindicaciones necesarias en una etapa de apogeo capitalista, donde pensar en la destrucción directa del régimen era aun imposible, porque las fuerzas productivas no habían alcanzado el grado de desarrollo actual y no habían entrado en contradicción aguda con las relaciones de producción. Por eso en las tres Internacionales Comunistas se utiliza al sindicato como órgano del proletariado. Hasta la etapa de decadencia del capitalismo que se da con la fase Imperialista y las guerras mundiales inter-burguesas. En esas condiciones, el sindicato surgió como instrumento del proletariado, pero ahora sólo conserva la relación capital - trabajo. En la fase de ascenso del capitalismo se podía justificar el papel reivindicativo del sindicato, pero ahora con la crisis ese papel ya no tiene validez, pues toda reforma hoy perjudicaría la lucha del proletariado.

2. Es erróneo pensar que se puede recuperar el sindicato como forma de organización de la clase sin considerar la esencia de su rol y su función social. No se puede decir que la burocracia se ha adueñado de ese “organismo de clase” puesto que no depende de la acción de los hombres sino del proceso de evolución de la función del sindicato dentro de las leyes de la economía capitalista. No podemos basarnos en subjetivismos metafísicos al decir que los sindicatos son malos porque hay personas malas dentro de ellos, y que solo basta darle una buena dirección, asumir esto, sería la misma pueril ingenuidad que plantear que el Estado burgués es malo porque hay un gobierno malo y cambiándolo se solucionarían los problemas sociales. Es necesario para los marxistas basarse en la base material para explicar las derivaciones de un hecho.

Nosotros (NPP) tenemos presente y claro que la lucha científica del comunismo esta por la abolición del trabajo asalariado, de las clases sociales, de la relación capital - trabajo, etc. Esto es parte del movimiento revolucionario y del programa comunista, mientras que, lo que podemos observar en relaciones a la lucha sindical es todo lo puesto: la conservación de la relación capital - trabajo, la explotación asalariada, las clases sociales, etc.

3. Nosotros (NPP) mantenemos la posiciones que actualmente el Partido Comunista, vanguardia de la clase, no pueda tomar la dirección sindical y emplearla para conducir al proletariado hacia la revolución, pues el sindicato ha ocupado y ocupa una posición de apoyo y conservación del capital entre las instituciones burguesas. Esto se demuestra cuando el sindicato lleva al proletariado a luchar por defender los intereses de la economía nacional y el desarrollo capitalista. Por más que se plantee una lucha revolucionaria, se ve que el sindicato no defiende los intereses de la clase, ni contribuye a la Revolución Proletaria Mundial. Esto no es un planteamiento basado en suposiciones, sino que en la realidad el sindicato al ser legal, al participar de las formas burguesas, al no poder plantear una lucha directa contra el capital, no sirve más que para perpetuar el sistema económico actual.

4. La reestructuración del trabajo ha modificado la estructura productiva: las grandes industrias se han localizado donde son menores los costos de producción, vale decir, mano de obra y materias primas. Como también se ha visto que el pago salarial en las ciudades ha disminuido con el pretexto del bajo costo de la fuerza de trabajo que realiza cada vez más labores menores. Mientras más se desarrollan las fuerzas productivas, existe más contradicción con las relaciones existentes de producción. Lo que se puede apreciar en la actualidad  es que la producción a gran escala, en vez de servir para satisfacer cada vez más y más las necesidades de la sociedad, lo que hace es oprimir más a las grandes masas trabajadoras. El proletariado como sujeto y ente productor es destituido de lo que produce cada vez con mayor rapacidad por parte del capital. Como sabemos la tecnología solo sirve actualmente para explotar más a la clase. Y en ese sentido lo que se busca como objetivo, como intereses del proletariado consciente es la destrucción de este sistema económico, del modo de producción capitalista. Para esto sabemos y tenemos claro que se debe luchar por la transformación social de la producción, en donde la producción social tenga una apropiación social; pero para eso se tiene que dar la dictadura del proletariado. Todas las luchas reivindicativas que se pueden plantear tienen que tener como base el objetivo de la clase, se lucha en base al fin que tiene el proletariado. Toda lucha reivindicativa debe ser para afectar al capital, para recuperar lo que se le roba al proletariado y para agudizar las contradicciones de clase. El sindicato lo único que hace es estabilizar las relaciones de producción y en vez de agudizar la lucha lo que hace es apagarla y minimizarla, llevándola al reformismo.

5. El sindicato no se pronuncia ante la difusión de la pequeña y mediana empresa y ante la concentración cada vez más acentuada de la propiedad sobre los medios de producción en pocas manos. Los sindicatos que conocemos en Perú, (como vemos en todas partes del mundo), por más que diga que su fin es una nueva sociedad, en la práctica apoya la producción nacional, apoya a la burguesía nacional y a lo mucho plantea una lucha burguesa contra las empresas extranjeras, ya que dicen que estas empresas “quitan el trabajo a los proletarios del país”. Esto no puede ser considerado ni estrategia ni táctica del Partido Comunista.

6. Nosotros (NPP) defendemos y asumimos que frente al capitalismo en crisis, el proletariado necesita emprender luchas de defensa (de la clase) y a la vez de ataque al sistema, las cuales serían luchas reivindicativas reales como por ejemplo: la reivindicación de la disminución del horario con igualdad de salario y la reivindicación de un salario mínimo garantizado para las grandes masas proletarias desocupadas y marginalizadas. Si estas luchas son practicadas como reivindicaciones reales, expresarían la voluntad de autodefensa del proletariado y a la par, la necesidad del derrocamiento del modo de producción capitalista. Pero teniendo como fin, y siendo parte del programa del Partido, el Comunismo.

7. Nosotros (NPP) plantea que las organizaciones de vanguardia comunista, deben estar en las luchas económicas de la clase, y a la par, difundir el programa revolucionario del proletariado, por la abolición del Estado burgués, de la producción mercantil, de la propiedad privada, de las clases sociales, etc. Mientras se denuncie el pedir reformas y se plantee la verdadera lucha de clase, se entrará en un claro contraste con el sindicato. Entre el papel del Partido Comunista y la acción de los militantes al interior de las luchas obreras es donde se encuentran las posibilidades del crecimiento político de las luchas económicas hacia la confrontación por el poder.

8. Nosotros (NPP) planteamos la lucha autónoma de la clase, con instrumentos de organización que no sean legales para el Estado burgués, ni mucho menos cuenten con burocracias o que puedan conciliar y distorsionar las reivindicaciones de la clase, estás pueden ser las asambleas proletarias, consejos proletarios y comités de agitación. Que entendemos serían órganos del proletariado para luchar por sus intereses de clase, en donde los delegados tendrían la función de exigir que se cumpla lo que quieren los trabajadores sin titubeos ni acuerdos con la burguesía y menos concilios. Se exigen las reivindicaciones y se lucha (paros, huelga, toma de fabricas, etc.) hasta que se cumpla lo que se exige. No pueden ser organizaciones que pidan o que rueguen al Estado alguna limosna y menos aún que hayan dirigentes que tengan el poder de cambiar lo que se pide o negociar con la vida de los trabajadores.

9. La maduración de la situación revolucionaria se verá en la orientación anticapitalista de los organismos de clase, los cuales podrán tomar la característica de los consejos obreros capaces de cambiar y evolucionar de su condición de organismo de lucha anticapitalista a la de organismo de poder proletario. Estas organizaciones autónomas servían como herramienta de lucha antes y durante del proceso de la Revolución Proletaria y la dictadura del proletariado.
10. Para que el Partido Comunista pueda ser considerado por las masas proletarias como sólido punto de apoyo, es imperiosamente necesaria la constitución de un conjunto de organismos territoriales, dentro y fuera de las fábricas, capaces de conocer todas las realidades sociales en donde se desenvuelven las luchas del proletariado. Y que los militantes del Partido, como el mismo Partido, tengan claro que son parte de la clase, la parte más lúcida y de avanzada, pero que en ningún momento se puedan dar atribuciones de jefes, de iluminados, etc.

11. Nosotros (NPP) estamos de acuerdo y asumimos que las organizaciones de lucha del proletariado, guiados por los grupos comunistas de vanguardia y posteriormente por el Partido Comunista serán:

-       Denunciar las expresiones y tendencias de izquierda de la burguesía, contraponiéndole las posiciones defendidas por el partido y confrontándolas con la realidad de los acontecimientos.

-       La clarificación crítica de todos los objetivos de lucha que sólo con la conquista del poder político y la destrucción del sistema capitalista podrán realizarse.

-       Impulsar la solidaridad proletaria y la unificación de las luchas en el campo internacional.

-       La unión con los proletarios inmigrantes de todos los países (generalmente los llamados de primer mundo donde hay gran cantidad de inmigrantes) contra la explotación y la desocupación que impera en el mercado mundial de la fuerza de trabajo.

·      Les planteamos las siguientes preguntas, para continuar con el debate.

- Ustedes afirman que: “Tanto la hipótesis de la conquista de la dirección sindical por parte del Partido, como la de la transformación del mismo sindicato en un instrumento para canalizar al proletariado hacia el asalto revolucionario, no responde a ninguna prueba histórica, ni siquiera en los mejores momentos (la Revolución de Octubre comprendida)”.  ¿En ninguna etapa del proceso de lucha del proletariado por el comunismo el Partido ha utilizado como instrumento revolucionario al sindicato? ¿Nunca en ninguna época ha servido el sindicato para la revolución?

- ¿Qué otras luchas reivindicativas conocen, o cuales otras creen que deban asumir los proletarios actualmente? ¿Tienen alguna plataforma de lucha en las cuales planteen las reivindicaciones que se deben hacer actualmente? ¿Han participado en luchas proletarias reivindicativas en los países donde se encuentran sus militantes?

- ¿Ustedes saben si en las ultimas luchas proletarias se han dado las asambleas, comités de agitación, de huelga y los consejos, los cuales hayan sido propuestos por los mismos trabajadores?

Núcleo Proletario en Perú
15 de diciembre de 2009


[1] http://www.leftcom.org/es/articles/1997-04-27/el-sindicato-hoy-y-la-acci%C3%B3n-comunista


viernes, 4 de febrero de 2011

Aportes críticos a nuestro "Pronunciamiento sobre las luchas en Egipto... "

Nos escriben los compañeros de la CCI, del CREE y el c. Sander de Perspectiva Internacionalista

A continuación publicamos 3 respuestas al Pronunciamiento que redactamos sobre los “las luchas en Egipto y el resto del mundo trabajador”. El primer aporte es de los compañeros de la CCI (Corriente Comunista Internacional), organización marxista internacional que se reclama de la tradición de la Izquierda Comunista, ellos aportan con unos puntos para la reflexión sobre la luchas sociales en el Magreb y el Oriente Medio. El segundo aporte es de los compañeros del CREE (Colectivo Revolucionario Espartaquista Estudiantil), grupo marxista en España, que ha elaborado una introducción crítica del documento y lo ha colgado en su página. Y el tercer aporte es del c. Sander, militante de la organización Perspectiva Internacionalista que nos hace unas críticas compañeras a algunos puntos soltados en nuestro Pronunciamiento. Para más información entrar a los sitios web de estas organizaciones; pueden encontrar la dirección en la columna de la derecha que está en este blog.
Saludamos fraternalmente los alcances de estos compañeros, son parte del esclarecimiento de la clase, el debate es un arma fundamental para el proletariado. Esperamos contestar los aportes en la medida de nuestras posibilidades, en todo caso invitamos a que cualquier otro compañero interesado en el tema lo pueda hacer.

¡Proletarios de todos los países, unámonos!

Grupo de Esclarecimiento Comunista – G.E.C.
Febrero 2011



Corriente Comunista Internacional

Tomado de la siguiente dirección:
http://es.internationalism.org/node/3045 (fechada el 4 de febrero de 2011)

Comentario de la CCI:

Publicamos el texto de los compañeros del Grupo de Esclarecimiento Comunista (Perú). Es un texto vibrante, emocionado, que expresa el calor y la solidaridad de compañeros que aún situados a miles de kilómetros de Egipto sienten como propios los combates que se están librando. «Estamos tan distantes de esos barrios geográficamente, pero tan cerca estamos en los intereses que ahí se defienden», dicen los compañeros.

El internacionalismo consecuente es lo primero que saludamos en esta toma de posición. El proletariado necesita concebirse como una clase unida internacional que golpea con un solo puño al monstruo capitalista. El desarrollo de la solidaridad internacional, la convergencia internacional de las minorías revolucionarias, la búsqueda del contacto y la acción común a escala internacional, al menos en un principio entre minorías proletarias, son otras tantas contribuciones a la gran meta de la revolución mundial a cuya eclosión contribuyen los pequeños pasos, aparentemente "solo teóricos y propagandísticos", que hoy estamos dando.

A la vez que manifiestan su entusiasmo por estos combates del proletariado, los compañeros son lúcidos respecto al largo camino que todavía queda por recorrer y sobre los peligros de desviación hacia el callejón sin salida de la democracia con el que toda la burguesía mundial colabora para matarlo "desde dentro".

No tenemos la más mínima duda en que estos combates que vemos en el Magreb constituyen un nuevo episodio en el camino duro y difícil que el proletariado mundial emprende hacia el estallido de luchas masivas, las cuales, por su parte, le aportarán la imprescindible confianza en sus propias fuerzas, una maduración en sus capacidades de auto-organización y politización, todo lo cual empezará a sentar las condiciones para el desarrollo internacional de luchas en una perspectiva revolucionaria.

Se trata de movimientos que han partido de las entrañas mismas de la juventud proletaria, fuera de los cauces trampa de sindicatos y partidos de oposición; expresan la entrada en lucha de las nuevas generaciones del proletariado; hacen que el Magreb y Oriente Medio que hasta ahora solamente eran noticia por la barbarie de la guerra, hoy ocupan la primera plana por motivos diametralmente opuestos: la revuelta social de proletariados que se levantan contra el desempleo descontrolado, una inflación que hace imposible adquirir hasta los alimentos de primera necesidad, una ausencia total de perspectiva de futuro.

Pero simultáneamente no podemos ocultar la inexperiencia, las ilusiones democráticas, la ausencia de organización masiva, todo lo cual debilita y desgasta el movimiento y permite a la burguesía atacarlo sistemáticamente con el caballo de Troya de la democracia, el reforzamiento de la oposición, la polarización en el simplista "que se vaya Mubarak" y el silenciamiento casi completo de las reivindicaciones sociales...

Al presentarlo como "movimiento por la democracia conducido por la oposición" la burguesía quiere mostrarlo como algo aparte, como los "últimos llegados" a ese supuesto gran festín que sería "disfrutar de la democracia", con ello trata de ocultar que allí están luchando por lo mismo que se ha estado luchando en Grecia, Francia, Gran Bretaña o Bangladesh: contra el deterioro acelerado e irreversible de nuestras condiciones de vida, contra la barbarie de la crisis capitalista.

Lo que puede dar un nuevo impulso a los combates en Túnez o en Egipto, es que las luchas obreras se desarrollen en Europa, en USA, en China, y continúen extendiéndose por toda la región árabe, pero que igualmente irrumpan en otros continentes. De ahí la vital importancia que tiene la iniciativa de los compañeros del GEC desde el "lejano Perú". Llamamos a que otros grupos y colectivos sigan su ejemplo en otros países.



Colectivo Revolucionario Estudiantil Espartaquista
Ayer, millones de personas salieron a las calles de todo Egipto desafiando por enésima vez el toque de queda del régimen Mubarak. En un discurso televisado con posterioridad, el dictador cede ante las presiones recibidas y anuncia que no se presentará a las próximas elecciones. Días atrás, Ben Alí tuvo que abandonar el poder ante la sublevación obrera que azotó Túnez y que se ha convertido en una onda de largo alcance que está llegando y filtrándose en lo más recóndito de Oriente Medio y África. En Marruecos, ha saltado la noticia de una convocatoria movida a través de redes sociales para salir el 27 de febrero a protestar en favor de los derechos democráticos de la ciudadanía, de los derechos humanos y exigir la voluntad efectiva de la monarquía de garantizar la libre participación democrática. Democracia Ahora y Movimiento por la Libertad son las organizaciones que lideran susodicha protesta, y que se vienen a sumar a los Hermanos Musulmanes en Egipto, a la Asociación Nacional para el Seguimiento de las Demandas del Pueblo, de, Nobel de la Paz El Baradei; a los islamistas tunecinos y las fuerzas de oposición democrática que en aquel país pretenden implantar un gobierno de transición con el que ilusionar a las masas trabajadoras de que sus vidas, su miseria, la falta de alimentos, los elevados precios de los productos básicos, las altísimas tasas de paro (más del 50% de la población obrera en Túnez, aproximadamente) tendrán su fin cuando un nuevo gobierno de unidad nacional llegue al poder y aplaste las revueltas intercalando “palo y zanahoria”; y, en fin, a toda suerte de grupos y grupúsculos de la burguesía que pretenden hacerse con el control de las algaradas y magníficas protestas que los trabajadores están llevando adelante y que se están extendiendo por Oriente medio y el norte de África. La burguesía puede adoptar todas las formas que considere posibles en cada momento para suprimir física y moralmente al enemigo de clase. En el caso del frente clasista obrero, sólo la autoorganización y la extensión de las luchas en base a la indómita solidaridad de clase es el arma con el que enfrentar los ataques de la burguesía de todo tipo y color.
Estamos viviendo acontecimientos que a muchos aparecen inexplicables y que no entraban en ningún cálculo. Pero sí, la clase trabajadora ha vuelto (siempre vuelve) a colocarse en el centro, como el único sujeto revolucionario. Reclama lo que le corresponde. Sin embargo, su esfuerzo es limitado porque las luchas aún son parciales. Así pues, el proletariado egipcio, tunecino y argelino es ahora mismo carne de cañón de ciertos grupos y fracciones de la burguesía que tienden una mano mientras que con la otra esconden la daga con la que asestarán, en su momento idóneo, la puñalada. Por esto mismo, todas las muestras de solidaridad con nuestros hermanos obreros son bien recibidas y necesarias; porque hoy es allí y mañana es aquí. Cuando el proletariado iraquí trató de luchar contra la pantomima de las primeras deflagraciones de la Guerra del Golfo aplicando el derrotismo revolucionario allá a principios de los noventa, fueron débiles los ecos de su conflicto y pírricas las respuestas que la clase trabajadora dio. Pero aquel momento de receso en la lucha proletaria no es el actual. Estamos asistiendo a un relanzamiento de la conflictividad obrera a escala internacional del que los proletarios del medio oriente son partícipes. Por esto los grupos comunistas debemos estimular en la medida de lo posible las muestras de solidaridad con las luchas que se desarrollan a escala internacional; y es por esto que hoy el CREE siente una profunda alegría al poder hacer llegar la toma de posición de nuestros compañeros del Grupo de Esclarecimiento Comunista sobre los acontecimientos que suceden allí, “tan lejos y tan cerca”. Saludamos su toma de posición e invitamos a todo aquel que la comparta a difundirla en la medida de sus posibilidades. De igual manera, nos congratula conocer que los camaradas han abierto un espacio en la red para darse a conocer y publicar sus contenidos.


C. Sander - Militante de Perspectiva Internacionalista

Fecha: 4 de febrero de 2010
Estimados compañeros:
La declaración o folleto que ustedes han publicado, sobre los acontecimientos en Túnez, Egipto etc., es muy buena. Muestra claramente que todo está en juego; y defiende con convicción la perspectiva de clase, la necesidad de acabar con el capitalismo. Es escrita de una manera clara, apasionada y llamativa. Sin embargo, quiero dar algunos comentarios con un espíritu de solidaridad, comprendiendo que estamos juntos en la misma lucha:
Aunque las revueltas empezaron como reacciones de la clase obrera (en el sentido extenso que debemos dar a estas palabras) contra las degradaciones de sus condiciones, consecuencia del agravamiento de la crisis del capital, la confrontación en Egipto no es solamente eso. Es también una lucha interna entre la clase capitalista en Egipto, sobre cómo debe ser la gerencia (gobierno) del país, en otras palabras la gerencia de la explotación.
Esta facción del capital que quiere una gerencia más moderna, con más flexibilidad, utiliza la revuelta del proletariado para hacerse indispensable para la restauración del orden, y es apoyada oportunistamente por los islamistas, que tienen sus propios sueños de poder. Hacen de la salida de Mubarak el fetiche del movimiento. Una vez logrado, mágicamente todo estará bien, todos regresaran a su casa, a las fábricas y oficinas, la normalidad regresara.
Esta estrategia no es una sorpresa. Lo que vimos no es una revolución, pero si podemos ver la aparición de grietas en la fachada solida del capitalismo. Esto se va a multiplicar, pero por ahora no son más que eso. La victoria, en estas luchas, no será el establecimiento de la democracia burguesa, o la salida de Ben Ali y Mubarak, sino la experiencia de superar el miedo en la confrontación del capital y su estado, la experiencia de superar al sentimiento de impotencia en la lucha colectiva. Esto nos ayudará en el futuro; pero no las elecciones y todo el circo democrático burgués. La razón porque este fetichismo es eficaz, no es solamente “el peso de las ideologías religiosas e izquierdistas” como ustedes afirman. Estas ideologías pesan porque el proletariado todavía no se ha convencido de su proprio poder, por eso mira a los poderes existentes (religión, ejercito, partidos) como una ayuda. Como ustedes escriben, “queda un largo camino por recorrer”. Y en este camino, vamos a seguir adelante, pero vamos sufrir fracasos también.
Como revolucionarios, tenemos que analizar la realidad como es, no como quisiéremos que sea. Me parece prematuro afirmar que “los burgueses lloran, (…) no saben qué hacer…” y que los trabajadores “rompen las cadenas que los sujetan a la maquinaria burguesa y toman su vida en sus manos”… “su poder surge… cada vez más cerca del objetivo”… “nuestra victoria final se acerca cada día, ya no está tan lejana…” Este no lo sabemos, y no tenemos que pretender tener un conocimiento que no tenemos. Tenemos que guardar con la cabeza fría compañeros, para no ser decepcionados por las feas sorpresas que se presente frente a nosotros, para no perder el coraje cuando nuestras esperanzas inmediatas no sean cumplidas.
Junto en la lucha,
Sander

Crítica al libro de Franz Mehring "CARLOS MARX – Historia de su vida" por el c. Carlos Sierra - Parte 1

El interés de comprender por qué llamamos a la teoría revolucionaria del proletariado marxismo, por qué lleva el apellido Marx como raíz, o en todo caso, saber cuánto aportó Carlos Marx a la creación histórica de esta teoría ha sido, y actualmente lo es, una preocupación para muchos revolucionarios. Lógicamente para poder responder consecuentemente estas interrogantes, fuera de todo misticismo y dogmatismo,  tenemos que conocer fehacientemente cual fue el trabajo que Marx realizó dentro de las filas del proletariado, debemos de aclarar cuál fue su participación como militante comunista en las diversas etapas de la histórica lucha de clases, como también conocer su personalidad y cualidades personales. Esta información podremos encontrarla en diversos textos del mismo Marx, en documentos de las organizaciones en las que participó y en algunas otras redacciones donde nos describan el proceso de su militancia y el de las organizaciones donde militó.

Libro "Carlos Marx - Historia de su
vida" de Franz Mehirng
En relación a lo planteado líneas arriba, he podido conseguir el texto “CARLOS MARX – Historia de su vida[1]”, elaborado por Franz Mehring, donde se describe la vida militante de Marx, sin obviar el momento histórico donde se produce. El autor de dicho texto, fue uno de los militantes más consecuentes con los principios revolucionarios del proletariado, su participación activa tanto en el ala izquierda del Partido Socialdemócrata Alemán, en la Liga Espartaquista, en el Partido Comunista de Alemania, como su posición revolucionaria rechazando el apoyo proletario a la Primera Guerra Mundial, nos pueden asegurar esta afirmación.
En mi caso, me propongo estudiar dicho texto, dejando una especie de crítica, resumen, respuesta, reflexión, al pasar de hoja en hoja. Como no puedo asegurar que terminaré de leer el texto íntegramente, debido a las diversas tareas que hay afrontar, iré soltando los avances que desarrolle por cada capítulo, empezando claro desde los prólogos que tenga el texto. El interés que me mueve a desarrollar este tipo de trabajo no es otro que el de contribuir al esclarecimiento del movimiento comunista en particular y del proletariado en general. Si es que ven necesario los lectores, hacer una crítica, una aclaración, una petición en cuanto a aclarar alguna posición planteada, sería muy importante y necesaria para seguir avanzando en la profundización teórica y en el desarrollo de la consciencia de nuestra clase.
Sin más preámbulos, dejo a la clase, este primer documento de mi trabajo.

CARLOS MARX – Historia de su vida

Prólogo de Wenceslao Roces (págs. 7 – 8)
Para entender la visión de W.R. y sus posiciones generales sobre Mehring, sobre su vida y su obra, debemos partir señalando que este señor fue parte del Partido Comunista Español, de corte marxista-leninista y que él, como su partido, asumieron las políticas planteadas por la Tercera Internacional con Stalin a la cabeza. Desde mi entender, las críticas sobre el tema del marxismo-leninismo y del estalinismo (como parte de todo un proceso social e histórico), deben de tener como fondo y contexto la derrota de la oleada revolucionara proletaria que se desarrolló a lo largo y ancho del globo, desde 1917 hasta 1921 aproximadamente; por supuesto teniendo como núcleo Rusia, Alemania, Hungría, etc. Este fue el momento más álgido, hasta la actualidad de la lucha de clases entre el proletariado y la burguesía. Es un hito innegable si ponemos como alegato que se llegó a derribar el poder de la burguesía en Rusia, que se expandieron las organizaciones autónomas del proletariado: los soviets como las bases del poder proletariado y que se formó la Tercera Internacional, también llamada Internacional Comunista o Comintern. Si comprendemos profundamente este proceso en la histórica lucha de la clase, podremos comprender cuales fueron las consecuencias, negativas y positivas, que trajo esta derrota, entre ellas la ideología descrita líneas arriba. En todo caso, para los defensores y críticos, de todas las vertientes, dejó señalada la concepción marxista-leninista del señor W.R. Ahora no es momento de plantear mis diferencias específicas con esta ideología, aunque se podrán poner de relieve directamente en el transcurso de este documento.
W.R. sostiene que Mehring[2] tiene una procedencia burguesa en el sentido de su condición económica de clase; y que es recién a partir de los 40 años que asume la militancia socialista. Fuera de tocar individualmente la condición de clase Mehring, si fue o no burgués en el “aspecto económico”, puedo tocar este tema en general de una forma muy breve. Sin querer ser estrictamente esquemático sino más bien dialéctico, aseguraré que hay dos términos asociados a este punto: la condición de clase y la posición de clase. La condición de clase se refiere a la función que cumplimos bajo el modo de producción capitalista y la posición de clase a la concepción filosófica, política y social que tengamos de entender la sociedad capitalista. Puede haber proletarios en condición de clase, trabajadores asalariados sin medios de producción que asuman una posición de clase burguesa, que vivan bajo la ideología burguesa, que no les interese lucha por la abolición del capital (como relación social de explotación), que se muestren pasivos y “neutrales” ante el llamado a organizarse por exigir alguna reivindicación económica, etc. Y más bien puede haber burgueses en condición de clase, individuos con medios de producción que vivan del trabajo del proletariado, que  tengan una posición de clase proletaria, que contribuyan en la lucha emancipadora del proletariado como clase, que tomen partido por la necesidad de la abolición del mundo burgués y en su vida luchen por el comunismo decididamente, como militantes dentro de las organización consciente del proletariado. En este sentido Mehring, fuera de su condición de clase, fue un militante revolucionario del proletariado, participando activamente en las luchas proletarias, en los debates, mítines, asambleas, poniéndose al servicio de las organizaciones revolucionarias que iban apareciendo entre rupturas y desarrollos en el tiempo que vivió.
Franz Mehring  a los 54 años - 1900

En relación al párrafo anterior, queda traslucida esta pregunta ¿Desde qué momento podemos decir que un individuo asume una militancia revolucionaria en las filas del movimiento comunista-proletario? Este tema es difícil, porque no podemos trazar una raya en la historia y decir: desde aquí hasta la raya esta persona era reaccionaria y desde la raya en adelante es revolucionaria o viceversa. Un solo hecho a lo largo de la vida de una persona tampoco puede decidir en qué cantidad y en qué forma se contribuyó a los intereses de una u otra clase. Pero ya que no puedo escapar a este problema, me atrevería a decir (con temor a equivocarme) que se puede hablar de una militancia dentro de las filas del movimiento comunista-proletario desde la integración al quehacer revolucionario de una organización de clase proletaria. La lucha de clases no segrega individuos con posiciones marxistas y revolucionarias, la lucha de clases segrega organizaciones revolucionarias y sólo dentro de ellas los individuos pueden aplicar y desarrollar las posiciones marxistas, ya que el marxismo no es una teoría aprendida en libros, sino una teoría viva que existe y se desarrolla con la lucha proletaria. No pretendo caer en el sectarismo o dogmatismo de plantear que tal o cual forma de organización es la única válida para llamarla revolucionaria, en este sentido afirmó que las organizaciones de clase pueden tener muchas manifestaciones. Se puede militar en un colectivo con dos o tres compañeros que se dediquen a profundizar en la teoría revolucionaria y sacar uno que otra proclama o toma de posición de propaganda, como también se puede militar dentro de una organización internacional donde exista tareas establecidas a un nivel mucho más centralizado. Coincido en este sentido con W.R. en la tesis de que Mehring a partir de los 40 años asume la militancia revolucionaria, ya que éste integró las filas del Partido Socialdemócrata de Alemania a los 45 años aproximadamente, por cierto, el PSA (SPD en alemán) cumplió su función como organismo revolucionario del proletariado hasta que desvió sus posiciones hasta volverse contrarrevolucionario, por ejemplo, una de sus desviaciones más graves fue apoyar al Estado Alemán en la Primera Guerra Mundial. Ahora bien, estoy de acuerdo que se puede armar toda una polémica necesaria sobre el hecho de que los Partidos Socialdemócratas fueron necesarios para la clase o no. Este tema lo dejaremos también para más adelante.
W.R. afirma con mucha pasión y adjetivos propios de un buen poeta que, desde que Mehring asume la integración al PSA “batalla ardorosamente con la pluma en la mano contra la burguesía y junto al proletariado”, convirtiéndose en uno de los “maestros descollantes del proletariado internacional”. Sobre estas posiciones del traductor debemos de tener mucho cuidado. ¿Qué nos quiere decir el señor Roces cuando plantea que Mehring batalló con la pluma en la mano?, y ¿qué sobre la afirmación que batalló junto al proletariado? No quiero caer aquí en suposiciones, ni poner palabras en la boca de alguien que no puede responder, por eso no responderé a la posición vertida por W.R. directamente; pero sí tomaré posición sobre posiciones comúnmente defendidas por seudo-marxistas, que plantean lo siguiente: Primero – “Son los teóricos que dan dirección al movimiento proletario”. Esta posición debe ser rechazada por los revolucionarios que hemos llegado a comprender como se desarrolla verdaderamente el movimiento proletario, su consciencia de clase y las posiciones teóricas que defiende en cada paso dentro de la lucha de clases. Los revolucionarios no son meramente teóricos, no podemos pensar en que un solo individuo, encerrado en cuatro paredes, sin una vida militante pueda crear teorías, sólo como observador pasivo de lo que sucede en la historia de la sociedad burguesa; y mucho menos pensar que sus teorías van a calar, por arte de magia en los proletarios en lucha. El llegar al nivel de consciencia de poder sistematizar las lecciones de la lucha de clases y plantear posiciones revolucionarias sólo se puede hacer como militante revolucionario. Ahora, entiendo muy bien, que un militante puede contribuir a la lucha revolucionaria de formas muy diversas, dependiendo de sus condiciones y del contexto de lucha; algunos pueden ser muy buenos polemistas, otros muy buenos redactores, otros muy aguerridos en enfrentamientos directos contra el Estado burgués, etc., pero esto, no quiere decir que aisladamente puedan haber sólo teóricos que contribuyan con “libros”, sin ensuciarse las manos con la militancia revolucionaria. En este sentido Mehring no sólo luchó con la pluma, sino también armado de un martillo demoledor en cuanto se lo exigía la militancia comunista, lo mismo que Marx y Engels. Segundo – “Los Comunistas debemos de luchar junto al proletariado”. Esta es otra de las posiciones planteadas por los iluminados que no se ven como parte de la clase, sino más bien, como su dirigente, como una vanguardia iluminada que inventa la teoría revolucionaria y la inyecta a la clase. Esta posición también debe ser criticada y rechazada por los marxistas, ya que trae un claro estancamiento al desarrollo de la consciencia de clase. Pensar que los comunistas forman una organización aparte de clase, que están en otro nivel, o que simplemente el conjunto del proletariado son la masa y ellos su vanguardia sólo trae como consecuencia una sumisión del conjunto proletariado. Esta posición ha jugado (la Revolución Rusa) y jugará un papel contrarrevolucionario, la futura revolución tiene que ser por necesidad un acto consciente del proletariado en su conjunto y no un acto empujado por “los teóricos”, esto terminaría por enterrar una revolución proletaria desde dentro, generando una burocracia y dependencia única de la vanguardia “comunista”. Mehring no luchó junto a la clase, sino como parte integrante e inseparable de la clase, no lo hizo desde su escritorio sino desde la militancia, dando su vida al final de cuentas por la causa que abrazó y defendió; la única causa que hará cambiar el mundo de base, la revolución proletaria mundial.
Para fundamentar el carácter de maestro del proletariado, el traductor nos recuerda los aportes de Mehring al marxismo, principalmente en el plano cultural e histórico; como por ejemplo la crítica literaria que va desde Calderón a Heine[3] y desde Hebbel a Gorki, también menciona aportes a la historia de la lucha del proletariado y a las personalidades más resaltantes. Pues en este caso, no tenemos porqué apoyar o rechazar esta afirmación de W.R., sólo nos queda leer a profundidad y con un espíritu revolucionario y no académico los textos de Mehring; aunque el término “maestro del proletariado” tendría que ser discutido, dado el concepto que se tiene por “maestro” dentro de las sociedad de clase.
Cartel de la Liga Esparquista
Mehring escribió la “Historia de la Socialdemocracia” en cuatro volúmenes, que según el traductor “… son una fuente agotadora e inagotable de investigación sobre los orígenes y el proceso histórico del socialismo en sus diversas tendencias y de la clase obrera alemana.” En realidad Mehring tiene una extensa lista de obras que llevan por autoría su nombre, entre ellas también, nos menciona W.R., los “Escritos Varios de Marx, Engels y Lasalle” que es una recopilación de textos redactados por dichos personajes. No podemos olvidar que Mehring fue el que aportó, probamente más que cualquier otro, a la publicación de la “Correspondencia entre Marx y Engels”. En este sentido espero que alguno de los lectores pueda leer los textos citados por W.R., en mi caso seguiré buscando más textos de Mehring, cosa difícil en la actualidad, ya que por lo visto en internet no hay más que un par de escritos (muy cortos) y en librerías con mucha suerte se consigue la presente obra.
Posteriormente se asegura también, que Mehring, fiel a los principios revolucionarios comunistas, se opone radicalmente a que el proletariado tome partido por el Estado burgués dentro de la Primera Guerra Mundial. Es por esto, nos dice W.R. que rompe con la Socialdemocracia alemana, junto a Rosa Luxemburgo, Karl Liebknecht y Clara Zetkin. Este suceso, la crítica despiadada a los seudo-marxistas que respaldaban a los Estados burgueses en la guerra, el rechazo al apoyo que daban los “Partidos de clase” empujando al proletariado a integrar los ejércitos en la guerra por la defensa de la patria capitalista, es un tema de trascendental importancia en el programa histórico que ha de defender el proletariado en la actualidad. Mehring fue fiel al principio internacionalista del proletariado, viendo a la Guerra Imperialista, como una trampa para la clase, una desviación total de la lucha revolucionaria. Esto es lógico, los intereses que se defiende en estas guerras entre Estados capitalistas son completamente burgueses. El proletariado no gana absolutamente nada si el país donde reside consigue una carroñera victoria sobre otro, su condición de desposeído, de trabajador asalariado, de tornillo dentro de la maquinaria capitalista no cambiará. A lo mucho los que podrán ganar algo son los burócratas de los partidos “comunistas” que han transado con la burguesía la participación fiel de la “masa obrera” que ellos “posean”. Mehring y muchos otros revolucionarios comprendían esto, y lo comprendían y explicaban seguramente mucho mejor que yo. La posición intransigente de no transar con el Estado burgués, ni como táctica ni estrategia, y plantear la autonomía de la clase, de sus intereses y de su misión histórica hizo que él se retirara del PSA; y que contribuyera a la fundación de una verdadera organización proletaria la Liga Espartaquista. El premio por la defensa consecuente de las posiciones revolucionarias fue la cárcel y posteriormente el asesinato en manos de la soldadesca alemana en 1919 en las calles de Berlín.
Para finalizar W.R. nos dice que esta obra es un estudio de Marx, como parte activa del movimiento proletario y comunista, desde el enfoque marxista. Aunque a la vez, también nos plantea que Marx fue político, economista, revolucionario, filósofo, caudillo, táctico, organizador de la clase obrera, guía de la Internacional, amigo y enemigo, etc. Sobre este asunto y para concluir con la crítica a la introducción del traductor, no puedo dejar escapar el tema de Marx economista, caudillo, filósofo, etc. El método dialéctico nos hace abrir los ojos para ver el desenvolvimiento del mundo tal y como se presenta en la realidad. Todo cambia todo se transforma, nada permanece estático, todo influye en todo, no hay nada absoluto y menos aún algo que tenga un desenvolvimiento separado de lo que le rodea. ¿Es o no el desarrolló, avance y forma de existencia de la realidad? Respondo esto con un innegable sí, y podemos tener a la ciencia como testigo del asunto. Es por eso que si queremos ver el desarrollo de un revolucionario, el aporte como individuo al movimiento proletariado, lo debemos ver en su contexto real, y no sacarlo de su trabajo dentro de la clase. No podemos agarrarlo por el cuello del saco a Marx, llevarlo a “otra dimensión” donde no hay tiempo, espacio y menos sociedad capitalista” y empezar a revisarlo. Todo lo contrario lo debemos ver a Marx dentro de su entorno, dentro de los sucesos históricos que sucedían en su época; por supuesto, sin olvidarse de sus cualidades innatas y personales, pero viendo que lo hizo moldearse. Y sí queremos estudiar su vida, por el interés de comprender sus aportes a la teoría revolucionaria, no podemos cometer el error de sacarlo de su contexto. Carlos Marx no fue un filósofo, no se quedó interpretando el mundo sino que contribuyó siendo parte del único sujeto histórico capaz de transformarlo: el proletariado, menos puede ser un economista, su participación no fue plantear una teoría economía, todo lo contrario, su aporte fue describir y fundamentar porque la economía capitalista debe ser destruida, en fin, Marx fue un revolucionario y esto no por capricho mío, su existencia real nos lo demuestra, su militancia revolucionaria nos lo demuestra. Sí Mehring utiliza consecuentemente el método dialéctico (parte inmanente del marxismo) en esta obra, sólo lo podremos saber estudiándola dentro de su contexto.

Franz Mehring

Esto sería lo que tengo que escribir y criticar por el momento, de hecho que hay un cúmulo grande de temas que se han soltado en el transcurso de mi redacción. Espero que sirvan para el debate, para la reflexión de los lectores, no pretendo ser el dueño de la verdad, sino contribuir como militante de una organización marxista al esclarecimiento interno y general de los comunistas y del proletariado en general. Queda todo listo entonces, para pasar a la lectura de Mehring. Adelante.



Carlos Sierra
Jueves, 03 de febrero de 2011

[1] Para tener una información más exacta, dejo estos datos a su disposición: El texto original fue publicado en Alemania en 1919, bajo el título “Carlos Marx – Historia de su vida”. El autor de la obra es Franz Mehring. El ejemplar que poseo es de la Editorial Claridad S.A., Segunda edición, enero de 1958. Argentina; y está bajo el título “Carlos Marx – El fundador del socialismo científico”. El traductor de la obra es Wenceslao Roces.

[2] Nació el 27 de febrero de 1846 en Schlawe (Alemania) y murió el 29 de enero de 1919 en Berlín. En 1891 ingresó en el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD). Fue miembro del parlamento prusiano entre 1917 y 1918. Durante la Primera Guerra Mundial Mehring comenzó a distanciarse del SPD, fundando la Liga Espartaquista en 1916, junto a Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht.

[3] Nació el 13 de diciembre de 1797 en Düsseldorf (Alemania) y murió 17 de febrero de 1856 en París. Fue un destacado poeta y ensayista alemán del siglo XIX. También fue periodista, crítico, político, ensayista, escritor satírico y polemista.