viernes, 25 de marzo de 2011

Aporte sobre la comprensión del "Sindicato" y su relación con las "Organizaciones Comunistas" por parte de los compañeros Antón, Maribel y Jorge

Estimados camaradas, compañeros, hermanos proletarios y lectores en general, a continuación publicamos un texto elaborado por algunos militantes de la organización. En esta ocasión los compañeros tratan el tema del sindicato. Tema muy polémico y complicado, ya que aparentemente los sindicatos son órganos de los trabajadores que existen para su defensa y que, según algunos izquierdistas, son parte activa y clave de la construcción del comunismo. Con este documento los compañeros comienzan a esbozar las posiciones del G.E.C. sobre dicho tema; aunque aún no hay una posición compacta como organización, este primer intento trata de ayudar al esclarecimiento. Por esta razón les pedimos sus aportes si las condiciones se lo permiten.
Sin más que decir por el momento, los dejamos con el texto, mencionando que ha sido elaborado como contribución al debate dentro del siguiente Foro: http://cuartoencuentrobmp.foroes.org/, que esperamos puedan visitarlo.

¡Proletarios de todos los países, unámonos!
Grupo de Esclarecimiento Comunista – G.E.C.
Marzo 2011


SOBRE EL SINDICATO Y LA RELACIÓN CON
LAS ORGANIZACIONES COMUNISTAS

Para tener una posición de clase respecto al tema de los sindicatos, es necesario realizar un análisis crítico de estos organismos a través de la historia del movimiento proletario. Debemos de tener en cuenta cual ha sido su función a lo largo de la luchas de la clase en relación con la base misma del capitalismo y su proceso evolutivo. Porque la única fuente de verdad, para tener una posición científica sobre el asunto, es basarnos en la experiencias de luchas que el proletariado en su conjunto ha desarrollado y la sistematización correspondiente que han hecho sus minorías revolucionarias. Por lo tanto, es necesario mantener en todo momento nuestro análisis marxista, el cual tiene sobreentendido la visión internacionalista de la lucha de clases, pues si se cae en localismos o en generalizar un solo hecho, estaríamos bajo una visión metafísica y por tanto idealista que nos traería en consecuencia aplicaciones negativas en nuestro accionar práctico.

A manera de introducción podemos decir que los sindicatos han tenido presencia durante toda la historia de la lucha de clases que se ha presentado bajo el capitalismo. Su función no ha variado, ha mantenido siempre su misma esencia; oero lo que sí ha cambiado es su significado para la lucha proletaria, producto de las etapas que el capitalismo ha ido atravesando.
Luchas proletarias en Grecia
Por ejemplo: actualmente el capitalismo se encuentra dentro de una crisis sin precedentes, es la más grave que ha experimentado. Esto lógicamente, produce una agudización en la lucha de clases. El proletariado es el más perjudicado en este hundimiento económico del capitalismo, salarios reducidos, leyes estales de austeridad, aumento de los precios, desempleo extremo, guerras imperialistas, etc. La respuesta directa no se ha hecho esperar, huelgas, movilizaciones, revueltas sociales, toma de fábricas, del proletariado, y un factor importante: el reagrupamiento de revolucionarios y la aparición de minorías comunistas. Los sindicatos siguen estando presentes actualmente y es más, han tenido una participación activa en estas luchas. Lamentablemente, como órganos de represión contra la clase trabajadora. ¿De qué forma?, tomando la dirección de las luchas proletarias, autoproclamándose el órgano que defiende los interés de los trabajadores, tratando de encuadrar la lucha de la clase en sectores buscando alguna reivindicación individual para desvirtuar la lucha de la clase en su conjunto.
Desde hace algún tiempo muchas organizaciones, incluidos nosotros, han manifestado de forma superficial, que los sindicatos, a pesar de estar compuestos por obreros, han sido armas institucionales del capitalismo. Y es que sin tener que acudir a análisis de mayor elaboración, podemos ver como los sindicatos, en las luchas desarrolladas en los últimos años en Grecia, Italia, Francia, Inglaterra, España y hoy en Egipto, Libia, Túnez, Bahaeren, Irán, etc. han servido fielmente para encuadrar al proletariado en un determinado sector de la producción, intentando así bloquear que se dé una lucha verdaderamente proletaria.
Teniendo en cuenta estas pequeñas consideraciones, expresaremos algunas posiciones respecto al sindicato y los comienzos del movimiento proletario; a las minorías y la relación con el conjunto de la clase; a las minorías como gérmenes del Partido Comunista Internacional del mañana, al sindicato y el sindicalismo bajo la etapa actual del capitalismo; y acerca de la relación actual entre las minorías y los sindicatos.
RELACION DE LAS MINORIAS Y LA CLASE
El proletariado es la primera clase en la historia que formula su propia teoría revolucionaria sin la necesidad de intelectuales o iluminados fuera de la clase. Es la primera clase consiente, en el sentido de que reconoce su condición de explotada y lo que significa esto para el paso a un nuevo sistema. Los golpes continuos que el capitalismo suelta contra el proletariado en cada aspecto de nuestras vidas, condicionan el hartazgo y necesidad de encontrar la forma más óptima de ganar mejores condiciones de vida. Poco a poco y en la misma dinámica de lucha, el proletariado ha ido desarrollando su consciencia. Aprendiendo de los errores, reconoció que era necesario más efectividad y organicidad, ya que simples mejoras no eran lo suficiente para acabar con la miseria. Dentro de la búsqueda de organización para enfrentar los embates económicos lanzados por el capitalismo, se fueron creando distintas organizaciones, como fueron los sindicatos, los gremios, las mutuales, los Partidos, etc.; y con la oleada del 17 al 23 del siglo pasado, los consejos obreros o soviets. Aunque actualmente las luchas nos plantean nuevas formas y organizaciones de lucha, las cuales serán necesarias analizar detalladamente, para las futuras luchas que enfrentaremos. Pero estas organizaciones no siempre han sido conformadas por todo el proletariado, han sido sectores de esta clase la que los han compuesto, a veces sectores masivos o a veces minorías.
El proletariado, es una clase heterogénea, por lo que no todos lo proletarios en su conjunto toman conciencia de los problemas que genera el capitalismo, y esto debido a las diferentes condiciones por las que atraviesa los individuos de la clase en su proceso vivencial. Solo algunos sectores, por distintas circunstancias, toman conciencia antes que otros. Sin embargo este sector, el consciente y organizado, no lo hace porque son los más intelectuales, los más indicados para ser los teóricos del proletariado o para convencer al resto de la clase que tiene que revelarse. Este sector toma conciencia y teoriza las lecciones de la clase, por el mismo motivo que hace salir a las calles a luchar radicalmente contra el estado de las cosas al conjunto del proletariado. La conciencia de clase en el proletariado se gana en todos los ámbitos, tanto en los debates, como también en las luchas directas, en las huelgas o en las que el proletario enfrenta diariamente, en la cotidianidad de la explotación capitalista.
Asamblea General y Autónoma
de los Trabajadores de Tekel
en Turquía - inicios del 2010
El proletariado es una clase mundial, es la clase trabajadora, explotada y revolucionaria del capitalismo, por lo que la revolución que le toca, no la puede generar ningún grupo externo a ella y ni siquiera una minoría de su propio sector. La revolución proletaria es la primera en la historia que necesita ser un acto consciente de la misma clase. La revolución solo depende de la acción de la clase en su conjunto, en este sentido también de sus organizaciones; tanto de las empíricas (organizaciones autónomas de la clase, como comités, asambleas, etc.), como de las esclarecidas (las minorías). Como lo describen los compañeros de la CCI[1] No es porque hayan grupos revolucionarios por lo que el proletariado es una clase revolucionaria. Si la burguesía pudiera cargárselos a todos y que desaparecieran de la faz de la tierra, lo único que haría es retrasar los plazos de su propia muerte sin poder parar la lucha de clase ni impedir que la obrera volviera a reconstruir, a segregar grupos revolucionarios. No por destruir los capullos y las primeras flores del árbol se destruye para siempre la posibilidad de reproducción.”[2]
En este orden de cosas, los revolucionarios, aún no teniendo intereses diferentes y sin estar separados del proletariado, no son, sin embargo, sinónimos de la clase. Sólo son una parte de ella, la parte más decidida, la que, sin ser el “Estado mayor” de un ejército inconsciente y encuadrado ni “el gran timonel” ese de la revolución, esboza los grandes ejes generales de la lucha, la que indica la dirección final del movimiento. Su función no es la de preparar la dirección “técnica” de las luchas, no son los revolucionarios quienes «con consignas justas dan nacimiento orgánicamente a las condiciones y a las posibilidades de la organización técnica del proletariado» (Lukács). Su papel no es el de organizar a la clase ni dirigir la organización autónoma de la clase obrera con recetas prácticas sobre tal o cual forma de organización unitaria, sino la de señalar y poner siempre por delante la dirección política general hacia donde debe ir el movimiento
En este sentido, como minorías revolucionarias, siendo producto de la necesidad de la lucha del proletariado, no puede hablarse de comunistas y clase por separado, con diferente evolución, sino y más bien, es un trabajo dialéctico unido, con avances y retrocesos. Es por eso que la clase, no necesita otras instituciones fuera de ella, pues nosotros, sus minorías, somos su parte consiente.
LAS MINORIAS DEL PROLETARIADO HOY, SERAN EL PARTIDO MAÑANA
“El partido mundial es la necesidad materializada de la clase, no de una u otra minoría. Es el esfuerzo centralizado de la clase y no la proclamación de un grupo. Si bien es cierto las minorías son expresiones de la clase y de la lucha de clases, no puede atribuirse dicho papel de la constitución del Partido, porque eso niega el proceso de toma de conciencia del conjunto de la clase a escala mundial.”.[3]
Justo como se comprende todo proceso dialecto en su crecimiento, no podemos caer en pensar que la formación del Partido será externa a su proceso natural, no se pueden forzar condiciones que no están presentes todavía. En concreto, lo que determinará que el Partido se forme son los factores que componen su construcción: el estar en una etapa álgida de lucha a gran escala, lo cual significa haber llegado a un nivel más alto de conciencia en toda la clase y esto se refleja en que sus minorías tendrán una esclarecida concepción del programa revolucionario y la clase reconocerá como organización propia a sus minorías. Como lo describe el Carlos, militante del GEC “Aún falta recorrer mucho camino para hablar de la formación del Partido. Este no llegará cuando nosotros lo queramos, sino cuando a nivel mundial haya un desarrollo de la consciencia de clase del proletariado en su conjunto, este proceso se está viviendo y nosotros debemos de facilitar el trabajo abriéndonos al debate, a no ser sectarios ni dogmáticos sino estrechar lazos y construir puentes con las minorías e individuos que a nivel mundial asuman los principios revolucionarios..[4]
Es claro que como minorías comprendemos la necesidad del Partido y que por lo tanto nuestras acciones también deben contribuir a ello, pero esto no se puede confundir con la mala praxis de estar de una buena vez “formando” el Partido, por el simple voluntarismo. Si bien en algún momento respectivo se va dar la unión de minorías para realizar un trabajo más organizado de acuerdo, a los principios históricos y revolucionarios que hayamos comprendido en común, no quiere decir que queramos fusionarnos con varias organizaciones ni bien las conozcamos o que el fin de nuestras minorías sea ir uniendo mas y mas minorías a la nuestra para ser el Partido. Lo que demanda el contexto en el que nos encontramos, es seguir contribuyendo a que el proletariado esté listo ante la necesidad de la formación de un Partido Comunista Internacional mientras estrechemos lazos entre minorías. Para eso es necesario esclarecerse dentro de las minorías y fuera de ellas, abriendo espacios de debate, haciendo propaganda y difusión de los principios revolucionarios, teniendo una intervención directa en las luchas, en la medida de las posibilidades.
EL SINDICATO EN LOS INICIOS DEL MOVIMIENTO PROLETARIO
En los comienzos del capitalismo, cuando recién la clase proletaria se estaba formando y expandiendo, era muy claro que en las luchas espontaneas por mejoras inmediatas, no se podía hablar de un programa político dentro de ellas, no había la cantidad de minorías de tal grado que las hay ahora y menos habían lecciones históricas de donde sacar la dirección revolucionaria a seguir. Lo que estaba al alance de los proletarios en lucha era el trabajo para la conformación de organismos que los defiendan ante la clase burguesa, como los sindicatos y otros colectivos de trabajadores. Era el ámbito donde se estaba desarrollando la unión de los trabajadores.
Esta etapa es la que reconocemos como, “la etapa ascendente del capitalismo”, donde no había una sobreproducción ni saturación de mercados, y principalmente no había una desvalorización del trabajo como lo hay ahora. Y obviamente en esos momentos la revolución proletaria, no estaba a la orden del día. Es en esta etapa que la acción de los sindicatos era válida para el movimiento proletario, estas les aseguraban una efectiva forma de recuperar lo que el capitalista le extrae a la clase en su conjunto. Pero las acciones de los sindicatos a pesar de esto, no podían llevar al proletariado a abolir el régimen capitalista de producción y acabar con la miseria a la cual es arrastrado. En esta etapa la revolución para el proletariado no era posible, ni siquiera el mundo entero estaba bajo este régimen como lo está desde el siglo pasado. Además otro impedimento era que los sindicatos estaban separados por determinadas ramas de la producción, y como lo explica Marx respecto a este tema, tomando como ejemplo las luchas proletarias en Inglaterra en 1881: “…para preparar la abolición del sistema del trabajo asalariado, serán necesarias organizaciones de la clase obrera en su totalidad, y no solamente de ramas de industria por separado. Cuanto antes salgan a la palestra esas organizaciones, tanto mejor. No hay poder en el mundo capaz de enfrentarse a la clase obrera inglesa ni durante un solo día si este se organiza como totalidad.[5].
Los sindicatos desde sus inicios luchaban contra los abusos del capital contra las condiciones de vida del proletariado, pero estas luchas no contribuían a terminar con el capitalismo, Marx lo analiza críticamente en muchos de sus textos, explicando que “Las trandeuniones (sindicatos) trabajan bien como centros de resistencia contra las usurpaciones del capital. Fracasan en algunos casos, por usar poco inteligentemente sus fuerzas. Pero, en general, son deficientes por limitarse a una guerra de guerrillas contra los efectos del sistema existente, en vez de esforzarse, al mismo tiempo, por cambiarlo, en vez de emplear fuerzas organizadas como palanca para la empacón definitiva de la clase obrera; es decir, para la abolición definitiva del sistema de trabajo asalariado.”[6].
EL SINDICATO COMO ARMA DEL CAPITALISMO
Por la dominación real del capital, al mejorar la productividad (la especialización de áreas de producción en el mercado ligado a la expansión global de esta forma de producción), los momentos de luchas proletarias han hecho que cada vez más la clase capitalista se vea más vulnerable, ya que ahora no solo era problema en una fabrica sino que podía esparcirse y hacer daños significativos en la valorización del capital a un nivel mas general, lo cual empujó a que se concedan mejores salarios y que se les dé más espacio a los sindicatos en el control económico.
Pintas contra los sindicatos
En esta etapa del capitalismo, el sindicato, siendo legalizado, es un órgano indispensable del estado burgués para el sostén de la economía capitalista. Absorbida por la dinámica del capital, el sindicato tiene como función la negociación colectiva con la que juega en el regateo en la compra y venta de la fuerza de trabajo. Esta organización se basa en pedir reivindicaciones que no ayudan actualmente al desarrollo de la lucha proletaria. El sindicato también ha demostrado solo servir para encuadrar y dividir al proletariado en su lucha contra el capitalismo, desviándolo por fines meramente inmediatos que al fin y al cabo benefician a los intereses burgueses, negociando la vida de los trabajadores.
Los compañeros de la CCI, describen esta situación de la siguiente manera: “la ferocidad con la que los capitales se enfrentan ha llevado al reforzamiento del Estado y a su penetración en todos los ámbitos de la vida del capital, de modo que el capital ha tenido que incorporar a los sindicatos a su estructura. No es que el Estado se entrometa en los sindicatos, los sindicatos son ya parte del aparato de Estado. Por ello decimos que ya no son un instrumento de lucha de la clase obrera. Tampoco se trata de un problema de “lideres charros” a los que habría que desplazar de la dirección sindical para recuperar el carácter de clase de estos organismos, se trata pura y simplemente de que estas estructuras han perdido completamente su esencia obrera y ahora forman parte del Estado y cumplen de lleno funciones de encuadramiento de los trabajadores.”[7].
Es así que, observando en la práctica real, fuera de todos subjetivismo y en base a un análisis científico, vemos que el sindicato esta afiliado o relacionados a partidos de izquierda que buscan penetrar en “las masas” para dirigirlas y encausarlas en sus fiestas electoreras, siendo un arma burócrata para poder manipular al proletariado. Una acción que desempeña el sindicato para su propio beneficio, es crear una huelga cuando los dirigentes lo ven adecuado. Es absurdo que se creen huelgas, como el crear condiciones de luchas; las huelgas son la manifestación del cansancio de los trabajadores, hartos de la explotación, de su mala condición de vida y el inicio de su toma de consciencia. La creación de huelgas por parte de los sindicatos solo sirve para “manifestar su vigencia” ante los trabajadores, llegando en la caso del absurdo de sacar a pasear a los trabajadores haciéndoles pedir reivindicaciones ridículas y vergonzantes. Nos ponen de rodillas ante los capitalistas pidiendo migajas. Y solo cuando los proletarios se cansan y obligan al sindicato a apoyarlos en las luchas es que tratan de ponerse el overol… pero su misma dinámica organizativa hace que se lo quiten al menos intento de radicalización proletaria, revelando su verdadero rostro anti-proletario, reaccionario y burgués.
Proletarios piqueteros en Argentina
Es por eso que la acción de los sindicatos en la actualidad, es tal, que muchas veces ya no contribuyen ni siquiera a la lucha reivindicativa del proletariado: “Los sindicatos buscan que los obreros abandonen sus necesidades en pos de las exigencias inhumanas de la reproducción del capital. Por el contrario, la lucha reivindicativa guarda la perspectiva de una sociedad que destruya la lógica capitalista que sacrifica la vida humana en aras de la ganancia. Por eso la lucha reivindicativa contra el aumento de la explotación está vinculada estrechamente a la lucha revolucionaria por la abolición de la explotación. La burguesía lo sabe muy bien, y por ello da a sus sindicatos la tarea de evitar que esas luchas se desarrollen pues llevan contenidas las potencialidades revolucionarias del proletariado.”.[8]
Pero el proletariado, a pesar de que el sindicato sea el organismo legal, impuesto la burguesía para su control, es capaz de desarrollar su lucha autónoma, mostrando el papel real del sindicato y esclareciendo su camino revolucionario “...la formidable huelga masiva de los obreros polacos en 1980, que mostró a los ojos del mundo entero la capacidad del proletariado para tomar la lucha en sus manos, para organizarse por sí mismo a través de sus asambleas generales, para extender la lucha en todo el país y dejar planteada además la necesidad de su extensión en el plano internacional; un ejemplo que en esos años constituyó un impulso para la clase obrera de todos los países .”[9].
En la actualidad, las luchas realizada en Grecia, Egipto, Túnez, Libia, etc. Han sido expresión de los sectores explotados y oprimidos del capitalismo, en contra de la vida miserable a la cual están obligados a vivir en un contexto de crisis mundial y decadencia del capitalismo. La labor de los sindicatos allí ha sido la misma que se ha criticado anteriormente, el no mostrar esta lucha como un movimiento proletario en contra del capitalismo, sino como una lucha en contra de presidentes, gobernantes corruptos, o alguna que otra ley, etc.; mostrando al sindicato como verdaderos órganos contrarrevolucionarios.
RELACION DE LAS MINORIAS COMUNISTAS Y EL SINDICATO
Ya teniendo claro el hecho de que el estar en una etapa de decadencia, el capital ha tomado en sus riendas al sindicato, no dejando ni un hueco para que respire la lucha del proletariado ni una posibilidad de que la cuestión sindical se denomine como “pro revolucionaria” o de apoyo al movimiento proletario; esperar realizar un trabajo de minorías con los sindicatos es contradictorio con lo que actualmente nos plantea la situación del capitalismo y de la lucha de clases, en la cual los sindicatos simple y llanamente, son un órgano burgués.
Lucha autónoma del proletariado,
Alemania 1919
Al no reconocer que el trabajo con sindicatos esta fuera de nuestra actividad, surgen dentro de algunas minorías las siguientes preguntas:
¿Cómo podemos llegar a la mayoría de proletarios, sin intervenir dentro de los sindicatos, ya que la primera opción de un trabajador a organizarse es de ir a los sindicatos?
Desafortunadamente, la auto-organización de clase no sería la decisión inmediata que tomaría un proletario, y menos en momentos donde el resto de la clase este sedada y por el contexto que le rodea se encuentre calumniado a integrarse a un sindicato. Sin embargo, sabemos que la lucha de clases se agudiza cada vez más, y lo que los atropellos capitalistas en países “de mejor vivir” o “de primer mundo” han demostrado a un proletariado pasivo convertirse en los protagonistas de las luchas en las calles, organizando sin la espera o ayuda de cualquier sindicato. El sindicato existe, y nosotros como comunistas no podemos estar al margen de él, no por ignorarlo desaparecerá. Por eso es necesario contestar a la pregunta menciona arriba, de la siguiente manera:
Nosotros los comunistas debemos de trabajar en la difusión de las posiciones históricas de la clase, pronunciarnos sobre los sucesos que acontecen a nivel mundial, intervenir en las huelgas protestas y luchas donde tengamos presencia militante, plantear siempre la reflexión y el debate, ir construyendo puentes a nivel mundial con los grupos revolucionarios que aparecen, etc. Este es nuestro trabajo actual y no hay que desesperarnos por querer dirigir una u otra lucha… los comunistas no crean las huelgas, están son producto de la misma forma de existencia miserable de los proletarios y la contradicción capital-trabajo, los comunistas participan en las huelgas, plantean sus posiciones revolucionarias inmediatas y esclarecen las posiciones finales: la abolición del capitalismo y la construcción del comunismo. Y eso compañeros, es en la medida de las posibilidades, sin desesperarse ya que esto solo lleva al oportunismo y a tratar de inventar una teoría para justificar las acciones que se realizan.
Esta habiendo una cierta preocupación que se está manifestando mediante la transmisión de la prensa burguesa, es que en los últimos años ha ido disminuye la masa de trabajadores sindicalizados. En EEUU, la cantidad de proletarios en los sindicatos, que antes en los años 50´s era de alrededor de 20%, ahora es de 10,25%. La razón de este suceso no es más que la comprobación fáctica de la función anti-proletaria del sindicato.
Otra pregunta es ¿Se podría usar la táctica, para contribuir a la toma de conciencia de los trabajadores que tienen cierta politización, el trabajo dentro de los sindicatos?
Secretario General de la CGTP junto
a representante del Estado
Primero, se tiene que tomar en cuenta que los círculos de estudio de los sindicatos, son escuelas que dogmatizan al proletario, con ideas de un marxismo deformado por la contrarrevolución estalinista. Adicionalmente, el proceso de toma de conciencia no ocurre cuando una minoría va a enseñar al resto del proletariado, como se menciono anteriormente, esto se da en las luchas contra el capital directa o indirectamente día a día y mediante el debate. El debate, arma propia del proletariado, no debe ser sustituida por una relación impuesta de profesor a estudiante. El debate constante y abierto en asambleas generales, como las que se han visto en Francia, no son producto de tácticas de las minorías, sino de la propia dinámica de la lucha del proletariado. Pues las minorías no necesitan tácticas, para acercarse al proletariado, pues no tienen intereses distintos.

Para agregar, es muy claro como los sindicatos aprovechan las temporadas de elecciones para pintarse de defensores de la vida por satisfacer sus fines oportunistas. En Perú, la CGTP[10] está montada en las elecciones burguesas, saliendo en marchas para publicitar sus candidaturas. Llamando a los trabajadores a movilizaciones que solo tengan un fin de propaganda, no de los intereses proletarios, sino de la clase burguesa, principalmente de izquierda.
A MANERA DE CONCLUSIÓN
Por todo lo expuesto anteriormente, para realizar nuestro trabajo como comunistas, como proletarios revolucionarios consiente de nuestra condición de clase y nuestro fin, es importante mantener vivo el objetivo final de la clase, apuntar a nuestro fin como clase en la historia, el cual es la destrucción de la esclavitud asalariada, de la explotación del hombre por el hombre y la construcción del comunismo. Y para lograr esto uno de los pasos a tomar es el de renunciar a instituciones burguesas y reconocer nuestra autonomía proletaria.
El trabajo de las minorías reside en contribuir a la toma de conciencia del proletariado, sin buscar ser dirigentes ni guías de la clase, ya que por lo contrario sería un grave error que negaría las lecciones que nuestros hermanos nos han mostrado con su vida. Las minorías necesitan formar lazos entre ellas; debatir, criticar puntos, comprendiendo que los une y que los separa.
Protestas en Túnez - Febrero 2011
Finalmente, debemos dejar en claro que, la teoría revolucionaria, que se desarrolla, a partir de las luchas concretas de la clase y que los grupos revolucionarios transportan, no es, ni mucho menos, el tesoro oculto de éstos. El papel mismo de los revolucionarios y del Partido cristalizan precisamente la contraria y fundamental preocupación, la de que el proletariado vuelva siempre a recuperar lo adquirido en sus experiencias históricas para que lleguen a ser la realidad de la mayoría. Su función consiste en difundir la teoría en la clase, sabiendo muy bien que sólo puede hacerse en su seno y no como si una teoría pudiera “inyectarse” en una práctica o que la teoría fuera un primer y permanente fermento químico de todo un movimiento histórico y revolucionario.

Antón, Maribel y Jorge
Febrero del 2011



[1] Corriente Comunista Internacional, para más información entrar a su página web http://es.internationalism.org/.
[2] Congreso Internacional de la CCI (verano de 1983).
[3] Posición de un compañero militante del Grupo de Lucha Proletaria (GLP), http://glp-luchaproletaria.blogspot.com/, extraído del Foro Proletario de Esclarecimiento Comunista, donde se debate acerca del Partido y la clase. Ver http://esclarecimiento.espanolforo.net/.
[4] Extraído del debate sobre el Partido y la clase. Ver http://esclarecimiento.espanolforo.net/.
[5] Del texto Trandeuniones publicado por Marx en la revista The Labour Standard, Londres 1881, Recopilado en el texto: Escritos Económicos Varios de C. Marx y F. Engels (Ed. Grijalbo).
[6] Del texto Salario Precio y Ganancia de Marx, en 1865, tomado del tomo I del texto: Obras escogidas en dos tomos de C. Marx y F. Engels (Ed. Progreso).
[7] Acción Proletaria, Órgano de prensa de la sección española de la CCI.
[8] Ídem.
[9] Ídem.
[10] Central General Sindical Peruana.


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